Al tratarse de un alimento en el que la mayoría de sus ingredientes se encuentran “sueltos” en su interior, como por ejemplo los frijoles que en la década de los 70s se les conocía como el nombre de balas, cuando uno muerde sobre uno de los lados, éstos suelen salir disparados hacia el otro, provocando esta peculiar denominación. 2. La segunda historia surge cerca de los campos bananeros de La Lima. Los habitantes de este municipio ubicado a tan solo 30 minutos del centro de San Pedro Sula cuentan que una señora acostumbraba a vender tortillas de harina rellenas de frijoles enteros y queso en polvo. Un día ocurrió un tirotero en la zona y una bala impacto a la mujer. La herida no fue de gravedad y la mujer a los días se recuperó y volvió a la venta de su producto. Desde entonces los trabajadores comenzaron a decir vamos a comer donde “la baleada”.